Testimonio Katty Fernández (familia Berrocal)
Les compartimos
nuestra experiencia en esta aventura de ser padres por segunda vez.
Comenzaremos contando que nuestro primer hijo nació por cesárea hace 2 años y
medio, a las 38 semanas de gestación, naciendo nuestro bebé sanito y de mi lado
como mamá, me hubiera gustado un parto muy diferente, pues me puse en manos del
ginecólogo, y él condujo todo el proceso, no sabiendo realmente que esperar de
cada parte del proceso. Nuestro único objetivo era que nuestro bebé estuviera
bien y eso nos dejó felices, pero con el sinsabor de no haber podido lograr un
parto vaginal.
Cuando
nuevamente salí embarazada, informándonos mejor mi esposo y yo, nos dimos
cuenta que dicha cesárea pudo evitarse sin ningún riesgo pero por
desconocimiento permitimos lo contrario, es por ello que, para este nuevo hijo
buscábamos el parto vaginal. Y en esta búsqueda, leyendo blogs de maternidad,
nos enteramos que existe el servicio de doulas, y una blogger Kristin Morris (http://mamiscool.com/) muy conocida
recomendaba a Amelia Salirrosas como una gran profesional y que gratamente logró que su
segundo parto sí sea vaginal, lo cual nos llevó a contactar a Amelia.
En la primera
comunicación con Amelia hubo química inmediatamente; me brindó confianza para
contarle todo el proceso que vivimos con nuestro primer bebé, y me contó que es
de profesión Obstetra y doula certificada y cuenta con conocimientos de muchos
otros temas ligados al parto respetado y lactancia materna (es IBCLC). Luego de esta llamada
concertamos una reunión donde se sumaba mi esposo. Y es en ésta que decidimos
que ella era la persona indicada para acompañarnos en este lindo proceso.
Luego de un par
de sesiones de fisiología del parto con Amelia, sólo quedaba esperar que nuestro bebé quiera salir. Iniciando
la semana 40, rompí fuente en la noche 9 pm, y le avisamos a Amelia, quien
rápidamente, después llegó a nuestra casa, y nos brindó la información
necesaria de lo que debíamos hacer.
Realizamos ejercicios de yoga, y luego del incremento de las contracciones,
nos fuimos para la clínica, en coordinación también con el ginecólogo que nos atendía.
Ingresamos por emergencia y nos asignaron una habitación donde nos preparamos
tranquilamente a que todo siga su curso.
Nos quedamos
gratamente asombrados de su vocación de servicio, de sus conocimientos sólidos
y que siempre estaba preparada para manejar las diferentes circunstancias de un
trabajo de parto prolongado en donde el reto fue el inicio de la dilatación, el
cual tomó sus largas horas, pero siempre Amelia estuvo empoderándonos y segura
de que íbamos a lograr lo que tanto deseábamos, que era el poder traer a
nuestro segundo hijo al mundo en un parto vaginal, y poder vivir esa mágica experiencia.
Apenas nuestro
hijo Nicolás nació, el contacto piel a piel fue inmediato conmigo y luego con
mi esposo, y su primera lactancia se dio en la primera hora de nacido. Esto es
algo que queríamos vivir, y gracias al tener la asesoría de Amelia de forma
previa, y durante ese momento, logramos disfrutar un parto respetado, tal cual
como anhelamos siempre. Fue muy
importante haber hecho un Plan de Parto y compartirlo previamente con nuestro ginecólogo
quien debe ser pro parto vaginal; y en nuestro caso no sólo nos apoyó
permitiendo que Amelia haga su trabajo, sino que también confiaba en que
conseguiríamos un parto vaginal pese a la rotura de bolsa inicial.
Amelia ahora es
parte de nuestra historia familiar, y estamos gratamente agradecidos con ella y
la recomendamos con total convicción que ella es la persona indicada para vivir
este hermoso momento.
Gracias por todo
Amelia, éxitos! Eres la mejor!
Atentamente
Al inicio del todo... |
Con Amelia Salirrosas momentos después del nacimiento de Nicolás |
Una foto con la familia completa |
Testimonio de un parto en casa atendido por Amelia
Escrito por Luz Angerami, mamá de Mayu (33 años. Re-educadora alimentaria. Terapeuta. Especializada en plantas medicinales).
Cuando me embarace recibimos la noticia con mucha alegría y
con muchos deseos de ver a nuestro bebé entre nosotros.
Llevé un embarazo muy saludable, con una dieta vegetariana a
base de frutas, verduras, semillas y granos, también he consumido huevos
orgánicos.
Las particularidades de mi caso tenían que ver con el tipo
de Rh ya que yo era negativo y Paulo, mi compañero, positivo. A este fin descartar
problemas serios me hice chequeos relativamente periódicos a los 5 meses, a los
7 meses y a partir de aquí quincenalmente hasta el nacimiento de mi bebé.
Como terapeuta y acompañante de mujeres sé lo importante que
es sentirse segura y acompañada a lo largo de este proceso. Como paciente y
como mujer debo decir que he recibido violencia de parte de los Obstetras que
me han atendido en distintas instituciones estatales y por esta razón, con mi
experiencia y el apoyo de mi compañero decidimos que en caso de que fuera
posible lleváramos adelante el parto en casa.
Yo había entrado en contacto con Amelia algunos meses antes
y habíamos intercambiado información y la intención de encontrarnos a fin de
conocernos y que ella pudiera asesorarme con el proceso del parto. Teniendo en
cuenta que tenía una fecha de parto estimada para el 19 de enero de 2017. Muy amablemente vino a
visitarnos y a conocernos y saber de que todo estaba bien en nuestros controles prenatales y análisis de laboratorio.
El día 4 de enero a las 3 de la mañana sentí contracciones
más fuertes de las que normalmente venía experimentando luego de un rato me
levanté y pude ver que tenía una pequeña pérdida de sangre cómo sabía que esto
es normal alrededor de estas fechas simplemente me acosté y relajé mi cuerpo
intentando descansar.
A las 5 de la mañana parecía que el proceso no se había
detenido así que a pesar de los interrogantes me quedé dormida. A las 7 de la
mañana me desperté y no pude levantarme de la cama sola Así que llamé a mi
compañero para que me ayude encontrándonos con la novedad de que al
incorporarme comencé a perder líquido. Sabiendo también que esto puede ser
simplemente parte de un trabajo previo al trabajo de parto lo tomamos con calma
y me duché posteriormente comenzamos a tomar el tiempo de las contracciones que
eran fuertes pero no intensas. A las 12 del mediodía la intensidad había
cambiado notablemente las contracciones variaban de entre 7 y 5 minutos, todo
parecía anunciar que el trabajo había empezado, pero decidimos darle una llamada
Amelia para pedir su opinión.
Vino a visitarnos a las 4 de la tarde y parecía que el
proceso había comenzado, pero no sabíamos cuando iba a finalizar cómo son estas cosas misteriosas Así que comí y descanse y quedamos en comunicarnos
nuevamente alrededor de las 9 de la noche.
A esa hora todo había cambiado de color y la intensidad de
las contracciones iban aumentando mi dilatación sólo estaba en 3 centímetros.
Yo sentía que mis fuerzas comenzado en agotarse no había
podido dormir bien desde la noche anterior. Felizmente había estado comiendo y
tomando bastante agua lo cual me ayudó mucho a seguir adelante el proceso del
trabajo de parto.
Esa noche fue muy larga para los 3, para mí para mi
compañero y para Amelia. Pasé algunas horas en la piscina lo cual ayuda mucho a
que pudiera relajarme y descansar un poco y atenuar el dolor agotada salí y
pude descansar un rato.
Durante todo ese tiempo muchas cosas pasaron por mi cabeza; "si todo iba bien", "si el trabajo lo estaba haciendo bien", "si necesitaba moverme
más o si necesitaba moverme menos"… el
dolor era intenso, pero de alguna manera mi cuerpo comprendía que eso en el
trabajo que mi bebé y yo estábamos haciendo. Ya hablé mucho y cantamos así también
fue que finalmente llegó su nombre el cual no habíamos podido definir a lo
largo de todo el embarazo: Mayu, río en lengua quechua.
A la una de la tarde Amelia volvió examinarme para nuestra
sorpresa la dilatación seguía en 3 centímetros, pero de pronto en medio del
tacto la fuente se rompe por completo y la dilatación empieza a aumentar y en
algunos minutos de 3 centímetros pasaron a 5 y luego a 7 estábamos en la parte
final o al menos eso creía yo.
Me sentía completamente agotada y trataba de sostenerme mi
propio aliento y en mis acompañantes y empecé a rezar para mi niño naciera
bien, en salud y el respeto ya que se había sido nuestro pedido al universo y
nuestro rezo para que su llegada al mundo con alegría.
Las últimas 2 horas fueron de máxima intensidad estuve en la
piscina me sentía muy cansada mis piernas agotadas mis brazos también y mi
cabeza estaba solamente en querer ver a mi hijo así que con mucha paciencia
Amelia y mi compañero siguieron en este trance hasta que finalmente asumo su
cabeza con una vuelta de cordón unos ojos más Y de pronto ahí estaba sano y
feliz hasta un poco dormido perfecto y luminoso. La paciencia y la espera
habían dado un maravilloso fruto. Mayu nació a las 7:21 de la noche
Durante todo el tiempo que este viaje duró que en realidad
no podría precisar sino a través de los demás yo no recuerdo exactamente cuantas horas o minutos fueron se puso a prueba mi seguridad personal, seguridad
mental y mi seguridad espiritual, tuve dudas, tuve miedo, pero por sobre todas las
cosas tuve la certeza de que estaba bien acompañada Y qué tanto yo como mi hijo
estábamos listos para poder hacer este trabajo juntos siempre considerando que
existe la posibilidad de que las cosas no salgan exactamente como las habíamos
soñado pero con mucha fe y determinación sabiendo que yo y mi bebé estábamos en
perfecta salud lo que nos restaba era esperar que la naturaleza nos acompañará
con su sabiduría y su amor para que todo saliera bien no entremos en
desesperación en ningún momento Y si por algún momento nos habíamos sentido inquietos ahí estuvo Amelia para evacuar nuestras dudas chequear el estado del
bebé y darnos fuerza para seguir adelante.
Esta ha sido una experiencia maravillosa y sorprendente la
que me he encontrado conmigo misma con mis ideas de mí y sobre lo que
verdaderamente soy capaz con mis certezas y todas mis dudas. Es un placer poder
compartir esta experiencia ha sido tan larga como perfecta.
Aliento a las familias a que retornen a casa para traer a
nuestros hijos, es lo mejor para ellos y para nosotros por muchísimas razones.
Hay veces en que nos toca tomar el camino de la medicalización, pero considero debe ser tomado cuando realmente se requiere de esta
intervención la cual debe ser en respeto
y garantizar el bienestar de mamá y del bebé.
En pleno trabajo de parto sumergida en la tina |
Minutos después del nacimiento de Mayu |
Disfrute las clases de yoga prenatal con Amelia. Sin duda sentí los beneficios. Ahora las extraño. Las rutinas de los ejercicios de yoga prenatal fueron diferentes cada semana para no aburrirse. Amelia es una instructora excelente con mucha paciencia. Recomiendo ampliamente su clase desde el principio del embarazao.
Espero que todo esté bien contigo!
Saludos,
Dawn
Testimonio de una pareja: Una linda experiencia
Estando de visita en mi país (Vietnam) tuvimos mi esposo y yo la grata noticia de saber que estaba embarazada. Aproveché para comprar algunos libros, en mi idioma materno, acerca de la bella experiencia del embarazo, antes, durante y después del parto.
A nuestra llegada a
Lima, teniendo ya 1 mes ½ de embarazo, fui atendida por la doctora García,
una extraordinaria persona y profesional con quien desde un primer momento me
sentí muy bien sobre todo porque respetaba nuestras decisiones (como el no
saber el sexo del bebé hasta el nacimiento) y además tenía una forma de pensar
en cuanto al embarazo y al parto muy similar al mío sobre todo lo que se
relacionaba con el parto, sería en todo lo posible un parto natural, como yo lo
quería, y me preparé muy bien para esto.
Fue la doctora García
quien en un momento conversando con nosotros nos recomendó que sería bueno
tener una preparación más integral para lo que sería el parto en sí. Si bien
los libros que adquirí en mi país eran de gran ayuda, con mi esposo tomamos la
decisión de aceptar la recomendación. Es de esta forma y gracias a la doctora
que nos contactamos con la Obstetra Amelia Salirrosas.
La experiencia con
Amelia me ayudó y contribuyó a que tuviera no solo un parto natural sino además
que se llevara a cabo sin epidural, como yo quería. Amelia desde un primer
momento nos trató (y digo nos porque es ideal que la pareja comparta esto y mi
esposo fue parte importante de todo el proceso) de una manera muy personal y
aprendí mucho. Nos dio todo un curso para conocer mi cuerpo y como funciona
este durante el embarazo y como prepararlo para antes del parto y al momento de
dar a luz, y de esta forma cuidarlo también. Las sesiones no solo eran teóricas
sino prácticas, lo que ayudó mucho mas, y de mucha ayuda fueron los ejercicios
físicos que hicimos durante las clases y los que ella me enseñó para practicar
diariamente y para cuando comenzaran las contracciones y para el momento que
estuviera en la clínica.
Siendo con mi esposo de
distintas creencias religiosas, nosotros estábamos casados solo por la parte
civil. Al saber que estaba embarazada hablé con mi esposo para casarnos por la
Iglesia Católica, hicimos todos los trámites pertinentes y se fijo la fecha de
la boda para el 7 de Noviembre del 2011. A las 10 de la noche del 6 de
noviembre comenzaron las contracciones, por tanto también los ejercicios y
recomendaciones de Amelia para este momento. Al día siguiente nuestra boda era
al mediodía, y el Padre muy contento y preocupado preguntó si queríamos una
ceremonia corta, pero decidimos que podía manejar las contracciones perfectamente durante la
ceremonia completa. A la 1 de la tarde salíamos de la Iglesia, ya casados,
rumbo a casa para tranquilamente ir a recoger las cosas, eran 45 minutos de
camino. Antes de salir de la Iglesia las contracciones eran ya cada vez mas
seguidas, los ejercicios de respiración y de concentración nuevamente ayudaron
mucho, a la vez que la tranquilidad de mi esposo. No hubo pues necesidad de
apurarse y de llegar a la clínica cuando aun no era necesario.
Ni bien llegamos a casa,
recogimos el maletín y nos dirigimos a la clínica, eran ya las 3:30pm. Ni bien
en la clínica, comienza el monitoreo, pero como ya nos había recomendado
Amelia, el estar echada esperando el parto puede ser hasta doloroso, Era
necesario llevar a cabo ejercicios, además era yo quien estaba embarazada,
quien sentía las molestias del pre-parto y quien daría a luz, así que era yo
quien debía sentirme lo más cómoda posible, es así que cada cierto tiempo
durante el monitoreo pedía al médico que lo detuviera y así yo caminaba por el
cuarto y llevaba a cabo los ejercicios físicos, algunos de ellos necesarios con
la ayuda de mi esposo, juntamente con los de respiración.
Es cierto que mi
determinación era no usar la epidural, no por capricho sino porque realmente sentía
que no la necesitaba, estaba muy tranquila, concentrada y bien preparada. La
epidural me la ofrecieron como 4 veces, la última de ellas cuando el doctor
entra al cuarto de monitoreo y me ve como gateando y con mi esposo al costado,
pensando que me retorcía en dolor, su cara de preocupación pasó a la de sonrisa
cuando le dije que estaba haciendo mis ejercicios de preparación.
El momento del parto fue
hermoso, mi esposo conmigo y yo sintiendo todas las contracciones lo que hacía
más fácil el parto ya que sabría el mejor momento para ayudar a mi bebé a
nacer. Mi hijo nació a las 9:53 pm al tercer pujo y fue el momento más hermoso que hemos tenido
con mi esposo.
Mi doctora me felicitó
por la preparación y además porque hacía 8 años que no había tenido un parto
natural sin epidural. El doctor que me monitoreó (y me ofreció la epidural 4
veces) muy amable me visitó como 2 veces al cuarto ya que no podía creer lo
valiente que había sido, a mi esposo le comentó que ni él mismo hubiera aguantado
el dolor. Pero, no hubo dolor, hay molestias sí, pero no un dolor que no pueda
ser tolerado y todo fue por una verdadera preparación y en manos de las
personas adecuadas. Tuve suerte de tener a la doctora Garcia, y suerte de tener
a Amelia quien con sus recomendaciones hicieron que el pre-parto y el trabajo de parto
fueran maravillosos, y a la persona que siempre me apoya, en mi caso mi esposo,
todos ellos hicieron posible que mi embarazo y el parto fueran bien llevados.
Testimonio Elizabeth Fuenmayor
Por el principio...
Febrero del año 2010... siete meses de embarazo, una niña ya
confirmada, completa y sana, ¡Gracias a Dios! Pensé que era el momento ya de
tomar las clases de psicoprofilaxis de las que ya había leído. Empecé buscando
en internet, salieron varias propuestas, anoté todas y fui comunicándome una a
una, unas me parecían regular, otras no me llenaban completamente la
información que me brindaban y otras de plano creo que ya ni existían. Sábado
una de la lista era Amelia Salirrosas, obstetriz. ¡Qué raro! me dije a mi
misma, pero por otro lado mi esposo, fiel compañero a todas mis andanzas, me
decía: seguro es que se ha especializado en esas cosas. Bueno la llamamos; una
voz muy sutil al otro lado del teléfono respondió, dándome toda la información
de lo que se ofrecía y ayudándome a llegar donde estaba su centro ANACER.
Amelia Salirrosas se presentó ante nosotros, creo que desde ahí fue la
mancuerna de ella y nosotros tres. Nos hizo pasar, mostrándonos todo lo que
hacía, lo que utilizaba, los diferentes cursos que daba, por momentos estaba
dudosa. Realmente era que no estaba segura de poder hacer este curso, me
preguntaba a mí misma ¿Estoy segura que esto me va ayudar, parto natural,
podré???. Continuamos conversando, frase que no se me olvida...si no te gusta
toda la música clásica no la escuches porque a ella tampoco (la bebe), será
como obligarla.... ahí me dije aquí es!
Salimos del centro y ahí tomamos la decisión, con ella tomaríamos
el curso, cuadramos todo para el siguiente sábado iniciar para que mi esposo pudiese
participar. ¡Sorpresaaaa!!! Amelia podía trasladarse a nuestra casa, fue
buenísimo para nosotros, sería más personal, siempre es bueno compartir
las experiencias, como primeriza a veces no sabes ni que hacer....
Tomamos dos cursos, uno seria Psicoprofilaxis (Preparación Integral
para el Embarazo y el Nacimiento) y el otro Estimulación Prenatal, sábados y
domingos... Iniciamos creo de ambas partes con expectativa. Gracias a
Dios y a la buena voluntad culminamos ambos creo con 20 ptos jajajaja.
Las clases pasaban, la emoción crecía, pero siempre la duda: ¿Podré o no
podré tener un parto normal? Amelia me preparaba en todos los sentidos para
eso. Mi esposo me incentivaba a que sí podía hacerlo, pero algo dentro de mi me
decía... va a ser muy fuerte, duele, no voy a poder soportarlo....era el temor
no canalizado. Continuamos haciendo ejercicios, yoga,
posturas, explicaciones, hasta que llegamos hacer las meditaciones, nunca
olvidaré ese día fue la primera vez que entre en mi barriga tomé a mi hija y le
dije te amo, fue algo mágico, desde ahí tome más fuerzas y me dije a mi misma:
SÍ PUEDO!!!
Mayo del año 2010...
Casi para cumplir mis nueve meses completos, mi pequeña Sara estaba demasiado cómoda en mi barriga, aunque ya era tiempo de salir, ella no daba muchas señales de querer hacerlo.
Casi para cumplir mis nueve meses completos, mi pequeña Sara estaba demasiado cómoda en mi barriga, aunque ya era tiempo de salir, ella no daba muchas señales de querer hacerlo.
En la última visita a mi doctor, todo estaba ok, ecogramas, exámenes
etc. Recuerdo me dijo: el lunes vienes, hacemos un tacto para ver cómo va, si
no pasa nada y está todo igual martes o miércoles practicamos la cesárea no
podemos esperar más, no es recomendable... Dios por mi cabeza pasaba cualquier
cantidad de cosas, mis emociones estaban explotadas, sentimientos encontrados y
extraños. Ese fin de semana recordé todo lo que había aprendido, la conexión
que Amelia me había ayudado a tener con Sara no podía fallarme. Recuerdo que
llamé a Amelia, se presentó en casa, conversamos, y en unas pocas horas me dio
de nuevo toda las clases jajaja. Entendí que era lo que me sucedía, la ansiedad
de querer tenerla conmigo no permitía que todo fluyera. Decidí tomar esos dos
días tranquila y no pensar más en nada. El lunes a primera hora me levanté, fui
a la consulta, el médico que me dijo que estaba por comenzar la dilatación, se
lo conté a mi esposo tranquilamente que ya empecé a dilatar. Descansé un poco,
comí algo, me duché y me volví a ir a la clínica con mi esposo. A partir de ese
momento llegó lo más difícil: los dolores, pero yo me sentí tranquila.
A las 3 horas llegó mi hija al mundo mediante un parto natural y sin
problemas gracias a Dios.
Quiero compartir esta experiencia con todas ustedes: Es maravilloso ser
madre, es una fuerza interna que llega a ti y te invade desde el momento que
ves a tu hijo.
Elizabeth & John & Sarita
Testimonio Anne Delangue
Estuve tomando las clases de psicoprofilaxis con Amelia según las recomendaciones de mi doctora. La verdad es que estaba bien nerviosa de ser mamá, todo un cambio para mi: tener un bebé en un país que no es mío.
Amelia, gracias a su gran conocimiento, felicidad y la tranquilidad que trasmite logró darme bastante conocimiento. Me encantaron las clases de ejercicios, los signos de alarma, de pujo y de lactancia. Porque dar pecho... no se improvisa tampoco... ella me convenció y me preparó! Ahora mi bebé, su papá y yo somos los más felices por tomar esta decisión! En parte gracias a ella tuve mi parto natural como soñé y ahora soy una mamá feliz que da pecho a mi hijita de un mes!
Gracias Amelia! Anne
Testimonio Fanny Revilla
Queremos compartir nuestra grata experiencia con el curso de preparación para el parto y estimulación pre natal, hace varios meses cuando nos enteramos de la llegada de nuestro bebé, quisimos prepararnos y aprender lo necesario para recibirlo.Desde un inicio el curso fue muy lindo, nos permitio compartir esta experiencia como pareja, y darnos cuenta que a pesar de no poder verlo, podiamos sentirlo y aprender cada día más de nuestro bebé.
El día de conocer a nuestro bebé se acercaba y debido a algunas complicaciones tuvieron que inducir el parto, esto fue algo con lo que no contábamos. Si bien en el curso habiamos hablado de esta posibilidad, esperábamos que el parto sea natural; y bueno a pesar de intentar un parto natural, las condiciones no se dieron y tuvieron que realizar una cesárea. Felizmente todo salió muy bien y ahora tenemos a nuestro bebe con nosotros.
La llegada de Santiago ha sido lo mejor que nos pudo haber pasado, y no podemos dejar de agradecer a Amelia todo el apoyo brindado durante el embarazo.
Si bien el embarazo culmino en una cesárea, durante las horas del trabajo de parto cuando el dolor iba aumentado, recurrimos a los consejos de Amelia y los ejercicios sobre la pelota, el baño tibio fueron realmente un alivio.
Con mucho cariño,
Billy, Fanny y Santiago
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